Corría el año 2018 y yo me presentaba por la comunidad de Madrid.
No era un año bueno para mí, ya que por motivos personales apenas llevaba temas estudiados. Pero el destino quiso que me tocara uno de los pocos temas que me sabía bien.
¿Bien? Impecable.
Y siento si te suena prepotente; pero yo para preparar mis oposiciones me recorría 2000 kms cada 15 días.
A lo que iba. El tema que me tocó me lo había corregido uno de los mejores musicólogos a nivel mundial.
¡No me lo podía creer!.
Así que ilusa de mi, comencé a escribir y escribir como si no hubiera un mañana.
Como comprenderás no solo me veía con el aprobado ; contaba con NOTA.
¡QUE ILUSA!
Cuando salió la nota, fue el mayor batacazo que me llevé en mi vida.
¡Un O.7.!
¿QUÉ?
Por supuesto que me hundí durante 3 días ( yo también soy humana). Pero cuando me repuse, fue uno de los mayores aprendizajes que me pude llevar de esa oposición.
NO ME HABÍA LEIDO LOS CRITERIOS DE CALIFICACIÓN QUE EMITE EL TRIBUNAL!!!
En ellos había puntos que yo no estaba respetando y uno de ellos era claridad en el texto.
Quien me conoce sabe que mi letra es de médico y aquel examen era ILEGIBLE. Como consecuencia, el tribunal ni me lo leyó.
Por ello, insisto en la importancia de dichos criterios de calificación.